Mis amigas y yo decidimos hacer una tarde de té en el bosque.

La hora del té es una tradición inglesa; las personas se reúnen a tomar el té y a disfrutar de un rico surtido de sándwiches y panecitos dulces muy bonitos. La presentación es importante, por lo que se utilizan servilletas bordadas y teteras antiguas.

En el bosque, Vanila caminaba rápido delante de nosotras. Seguimos sus huellas. Llegamos a una casita y al tocar la puerta, nos sorprendimos al ver una familia de osos. “¡Es la hora del té!”, dije sonriendo.

Platicamos mucho de cosas muy divertidas. Después nos dimos cuenta de que en realidad no seguimos las huellas de Vanila, sino las de un oso bebé.

¡Yo sabía que a los osos les gustan los sándwiches de salmón, pero nunca imaginé que disfrutaran tanto el panqué y el té!

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